Solidariza-T

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Potenciar el lado más humano de nuestros alumnos es una de nuestras mayores responsabilidades. Por eso, todos los años, en colaboración con  la Fundación Fransol, embarcamos a toda la comunidad educativa en un proyecto solidario para ayudar a los que más lo necesitan.

En este tiempo que estamos viviendo, hemos aprendido a valorar mucho más las pequeñas cosas. Hemos empezado a ser mucho más conscientes de la importancia que tiene poder cubrir nuestras necesidades básicas, como son la alimentación, la salud o sentirse acompañado. Son tiempos difíciles para todos pero, sobre todo, para aquellas personas que viven en situaciones más vulnerables y que apenas tienen recursos.

Nuestro proyecto

La situación en Perú es bastante complicada. En Pichanaki, una pequeña ciudad muy cerquita de San Ramón, la situación es aún más alarmante. Las hermanas Franciscanas que trabajan en la Institución Educativa «Santiago Antúnez de Mayolo» se pusieron en contacto con nosotros porque necesitaban de nuestra ayuda. Un grupo de alumnos y alumnas de su centro sufren desnutrición y, ante la necesidad de tener que hacer algo desde el colegio, nos propusieron llevar a cabo el proyecto “Alimentación sana, un aporte al futuro”.

Este proyecto está orientado a ayudar a los estudiantes con desnutrición y bajos recursos económicos. Son alumnos cuyas familias se encuentran en situaciones muy vulnerables, de una pobreza extrema. En ocasiones, son niños que sufren el abandono de los padres que salen en busca de trabajo fuera del lugar de residencia. Estos trabajos suelen estar muy mal remunerados y apenas tienen para una comida al día (antes de salir de casa para ir al colegio toman café y pan y ya no vuelven a comer nada).

El proyecto consiste en proporcionar diariamente un desayuno al alumnado que asiste a clase por las mañanas y una comida/almuerzo al alumnado que sale más tarde, además de inculcarles hábitos de higiene saludable. Las hermanas Franciscanas les proporcionarán avena con frutos (en el caso del desayuno) y panes con huevo y queso o tortilla de verduras para el alumnado que se quede a comer en el colegio.

Veíamos la necesidad de que este proyecto tan bonito no fuese cosa de un solo año y pudiese perdurar en el tiempo. Por ello, vamos a contribuir económicamente también a la construcción en el propio colegio de una pequeña tienda para que puedan vender material escolar y artículos religiosos (que al parecer ahí son muy demandados) y así, con esos beneficios que se obtengan de las ventas, seguir ofreciendo esa alimentación en los próximos cursos.

Ojalá que nuestra ayuda sirva para mejorar la calidad de vida de todos estos niños y que puedan ser un poquito más felices.